El patrimonio geológico puede constituir un recurso importante
para el desarrollo local. En efecto, la declaración de un
geoparque se basa en que exista de un patrimonio
geológico que sirva de protagonista y eje conductor, que se
pongan en marcha iniciativas de geoconservación y divulgación, y
que favorezca el desarrollo socioeconómico y cultural a escala
local, a través entre otros de su promoción turística. Así que
tres son los pilares que sustentan la creación y funcionamiento
de un geoparque: patrimonio geológico, geoconservación y
desarrollo local. Por ello, los geoparques deben tener unos
límites claramente definidos y una extensión adecuada para
asegurar el desarrollo económico de la zona, pudiendo incluir
áreas terrestres, marítimas o subterráneas.
![]() Taffonis en las rocas de la playa de los Escullos, en el Parque Natural del Cabo de Gata (Almería) (Fotografía: Pau Renard) |
Los Geoparques surgieron a principios de la década de los 90 en
Europa, siendo Francia, Alemania, Grecia y España los socios
fundadores. Desde entonces, su número ha ido en aumento en
aumento, con un total de 87 geoparques repartidos en 27 países,
49 de ellos en Europa (septiembre 2011). Esta iniciativa,
auspiciada por la UNESCO, muestra el potencial del patrimonio
geológico como nexo, seña de identidad y recurso para explotar
desde la perspectiva del desarrollo sostenible.
En la actualidad hay en España doce geoparques: Geoparque Sierras Subbéticas (Córdoba), Geoparque Cabo de Gata-Nijar (Almería), Geoparque de Sobrarbe (Huesca), Geoparque de la Costa Vasca, Geoparque Sierra Norte de Sevilla, Geoparque Villuercas-Ibores-Jara (Cáceres), Geoparque de Cataluña Central (Barcelona), el geoparque de la Isla del Hierro y el Geoparque de Comarca de Molina y Alto Tajo, Geoparque Lanzarote y Archipiélago Chinijo, Geoparque Las Loras y Geoparque Cuenca de Tremp-Montsec.